Blasco, Manuel

Religioso jerónimo, organista, maestro de capilla y compositor

Español Barroco medio

España, 1628 - † Quito?, Ecuador, después del 16 de diciembre de1695

Como en otros casos de músicos españoles con actividades en las catedrales de la América española, se conocen algunos datos de su actividad musical en el Nuevo Mundo, pero se ignora la naturaleza y fecha de nacimiento en España y cualquier aspecto de su biografía anterior a su aparición como músico en América. En 1681 la música en la Catedral de Quito se encontraba en plena decadencia. Los canónigos presintieron que sólo un hercúleo extraño tendría la suficiente fuerza para limpiar los establos musicales de Quito. Al año entrante fue descubierto en la persona de Manuel Blasco, un religioso jerónimo (orden religiosa exclusivamente ibérica, puesto que solo se implantó en España y Portugal) bien conocido en Bogotá, compositor de nota y que también era excepcional como director y organista.

Edición discográfica con una obra de Manuel Blasco

Así, el cabildo de la catedral de Quito le solicita el 4 de septiembre de 1682 (primera fecha en que Blasco aparece en escena) que se encargue, con carácter de maestro interino, de la capilla catedralicia, como sucesor de Juan Ortuño Sáenz de Larrea. Para poderle pagar el mismo sueldo de 400 pesos que percibía el sordo, inepto y favorecedor de sus familiares, Juan Ortuño de Larrea, había que reducir el salario del veterano a la mitad (su sueldo de jubilado dejaba un saldo de 200 pesos) y rapiñando de los sueldos de los cantantes despedidos se lograrían los otros 200. Contratado en estas condiciones, el 4 de septiembre de 1682: Blasco presentó su lista de cantantes y ejecutantes, sobre quienes debía caer la espada justiciera siete semanas más tarde (octubre, 17). Martín de Quiroz, bajón tenorete, debía ser despedido y Sebastián de Quiroz, quien deseaba ser nombrado cheremista, fue remplazado. Había que reducir el salario de un arpista ciego de 80 a 40 patacones y un nuevo arpista tenía que ser contratado. Tomás Albares tenía que aceptar una reducción, si Manuel Albares continuaba en la lista de pago de la Catedral. Un contralto debía aceptar la reducción de 80 a 50 patacones.

Como si estos cambios no hubiesen sido suficientemente drásticos, el 20 de febrero de 1687, Blasco recibió la orden de presentar una lista de aquellos cantantes que no eran competentes, a los que había que notificar su inmediata destitución. Bernardino Muñoz, presbítero, obtuvo el cargo de cantor con 130 pesos anuales, en la misma fecha, y dos meses después el capítulo acordó pagarle 80 pesos de a ocho reales, por arreglar los dos órganos de la Catedral; pero, a fines de abril, una nueva catástrofe recayó sobre la música de la Catedral cuando, de pronto, se le pidió al capítulo 1.000 pesos para completar el millón de pesos de rescate que exigían los piratas franceses que saqueaban Guayaquil. Fray Manuel Blasco, el más eminente compositor de los anales del Quito colonial, después de Gutiérre Fernández Hidalgo (su antecesor un siglo antes), prestó sus servicios desde fines de 1682 hasta 1695.

A pesar de todo este ambiente tan desfavorable, Manuel Blasco actuó musicalmente de una forma muy satisfactoria, hasta el punto de que Robert Stevenson, musicólogo estadounidense experto en música española colonial o virreinal, lo califica como ‘el compositor más destacado de la ciudad de Quito después de Gutierre Fernández Hidalgo Solamente está documentada la actuación de Blasco, siempre como maestro interino de la catedral de Quito, entre los años 1682 y 1695. El 9 de septiembre de este último año, los canónigos sugirieron que por fin había llegado el momento de nombrar a Blasco algo más que un maestro de capilIa reemplazante. Como unánimemente todos lo consideraban un músico superior a cualquier otro que jamás hubiese habido en Quito, varios canónigos propusieron pedirle al obispo Figueroa y Andrade darle el cargo de maestro de capilla titular.

Paradojalmente, éste fue el instante que arruinó la carrera de Blasco. Para poder ser maestro de capilla titular necesitaba el título de privilegio del superior Jerónimo en España y una autorización escrita para su traslado del Consejo de Indias a América. No pudo presentar ninguno de estos documentos y fue así como perdió el derecho de continuar actuando como maestro de capilla reemplazante. La época musical más brillante del siglo XVII en Quito terminó abruptamente así, el 16 de diciembre de 1695. Las actas capitulares insinúan casi abiertamente que las dificultades de Blasco, hacia el final de su carrera en Quito, fueron fomentadas por la tribu (Hortuño) Ortuño de Larrea, la que comenzó nuevamente a dominar la música en Quito desde el momento en que Joseph Hortuño de Larrea reemplazó a Blasco en 1696.

La mayor parte de su obra, aún se conserva, parte de ella en el archivo musical de la catedral de Bogotá y dos partituras firmadas en Quito, una de ellas incluida en el Códice Ibarra, recopilado en 1680.

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